Desde su estreno a finales del pasado julio, el último sistema operativo de Microsoft ha sido sometido a varias actualizaciones, tres revisiones acumulativas que tratan de paliar errores de seguridad y otros problemas relacionados con la “funcionalidad” de Windows 10.
Sin embargo, y aunque la multinacional sí ha proporcionado información concreta sobre estos primeros (los de seguridad), no ha actuado de la misma manera con los fallos que atañen a los segundos (a las utilidades).
La nueva política de Microsoft
Una actitud que a priori sorprende, pues la compañía se caracteriza, precisamente y entre otros, por su flujo constate de detalles sobre sus mejoras y parches (de hecho, es uno de los rasgos que la caracteriza); y una nueva política que no ha agradado a los usuarios, para quienes la descripción de estas cuestiones, de los cambios funcionales, resulta básica, sobre todo si han experimentado el fallo corregido.Por desgracia, parece que en los futuros parches continuaremos viendo su ya polémica frase “esta actualización incluye mejoras para perfeccionar la funcionalidad de Windows 10” ("This update includes improvements to enhance the functionality of Windows 10”), pues los de Redmon, según comunicaron al portal The Register, pretenden mantener su enfoque: el de explicar únicamente “lo significativo”. Una cuestión que, sin duda, incluye grandes dosis de subjetividad.
Así, y después de que la citada web pidiese a Microsoft más detalles sobre la revisión más reciente de su OS (la del 14 de agosto), la entidad respondió con un mensaje claro: “en función de la importancia de la actualización y de si conlleva una nueva utilidad para los clientes de Windows, podremos optar por proporcionar detalles adicionales sobre las características desplegadas”.
Su postura, desde luego, no transmite ninguna confianza, sino todo lo contrario. Su desinformación, en definitiva no induce a formularnos la siguiente pregunta: ¿qué tienen que ocultar?
Via: GENBETA
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